Teníamos que desayunar a las siete y salir a las ocho
para el siguiente safari. La primera etapa era la reserva nacional de Samburu.
Está en la parte central del país y forma un sistema con tres parques
adyacentes: buffalo Springs, National Reserve, Laikipia, Shaba National Reserve.
En Samburu se ve fauna como elefantes, búfalos,
cebras, gacelas, impalas, antílopes acuáticos, guepardos, leopardos, leones,
cocodrilos, hipopótamos, jirafas…
Allí se encuentran los alojamientos que se llaman
lodges. Son como hoteles pero en medio de la nada. O de los animales. Que están
por allí al lado. Se ven en vivo y en directo. A su aire. Durmiendo, comiendo,
caminando, haciendo vida social, y todo lo demás. Allí se hacen fotos en cuatro
por cuatros. Coches que llevan protección y de los que no hay que salir excepto
que sea estrictamente necesario. Nunca en safaris ya que estamos en plena
sabana y hay animales muy peligrosos por todas partes. Al día siguiente fuimos
por carretera al Parque Nacional de Aberdare. Las carreteras de Kenia son las
más movidas que he conocido en mi vida. En todos mis viajes. Es emocionante
viajar en coche o todoterrenos. Pero voy a sugerir que con el comienzo de los
safaris regalen un casco. Tuvimos heridos de los golpes contra los bordes de
los automóviles. Aquello no son carreteras. Son caminos de cabras como mucho.
Pero, formaba parte de la aventura. Pero el paisaje era muy bonito. El parque
nacional Aberdare es uno de los más interesantes de Kenia. Está a unos 100 km
de Nairobi. Podemos ver valles, arroyos, saltos de agua… Se pueden ver búfalos,
elefantes, gorilas, monos, leopardos, leones y muchas especies de aves. Está
también el rinoceronte, el antílope y el cerdo salvaje. La vegetación es
exuberante. Ves montañas y selva tropical.
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